En un pueblo olvidado de Dios, las mujeres tienen el mando. Sin embargo, ¿qué secretos se pueden esconder detrás de sus paredes? Los hombres que se atrevan a entrar a este pueblo, pagarán caro por su perversidad.
En el texto inaugural de su columna valedora, Juana Inés Dehesa nos habla de aquellos que siempre nos separan, se oponen, retrasan y reniegan. Esos por los que todo está mal. Pero si existen ellos, ¿dónde quedamos nosotros? ¿Quién tiene la culpa de tanto drama al final?