Con ayuda de los programas de Mi Valedor recuperó la confianza en sí mismo y salió de la situación de calle. Hoy hace trabajos de albañilería, plomería y mecánica.
Con el apoyo de Mi Valedor, rentó un cuarto y hoy duerme bajo techo con su perrito Totó. También montó un puesto de aceites esenciales en el Jardín Pushkin.
Hoy vende la revista y trabaja en su persona para poder reencontrarse con su hijo. Quiere mostrarle todo lo que ha publicado en Mi Valedor.
Tiene un punto de venta por Garibaldi, vende la revista y hace música en la calle. También vende retratos y ha logrado visitar a su hermano en Cancún.