Hoy es una de las plumas más respetadas de Mi Valedor y ayuda a sus compañeros a redactar mejor.
Con el apoyo de Mi Valedor encontró una fuente de ingreso y un lugar para vivir. Además de distribuir la revista, prepara y vende antojitos.
Tiene un punto de venta por Garibaldi, vende la revista y hace música en la calle. También vende retratos y ha logrado visitar a su hermano en Cancún.
Y hoy colabora con nuestra revista como vendedor y fotógrafo.