Valedores de Iztacalco Futbol Club, un sueño televisado

Los orígenes del Magnate  

El primer soñador fue Ángel Morales Nava, apodado El Magnate debido a su experiencia  al mando de distintos equipos como el Tlaxco de Tlaxcala y el Teziutlán de Puebla. En el año 2006 le ofrecieron un equipo de tercera división que nadie quería pues solamente acumulaba derrotas, el deportivo Santa Cruz, equipo que el Magnate aceptó sin presupuesto ni lugar para entrenar. En un inicio pensó ubicarlo en el Deportivo Iztacalco, de donde es originario pues siempre soñó con llevar un equipo al lugar que lo vio crecer. 

Morales Nava tuvo que hacer méritos para adquirir la dirección del Santa Cruz en múltiples pagos pues los costos de la franquicia rondaban por los 120 mil pesos, él asumió el reto y poco a poco ganó notoriedad como cabeza del club, esto, sumado al triunfo que tuvo con el San Andrés, un equipo amateur de la cuarta división que era entrenado por nada más y nada menos que Emilio Venustiano Olvera mejor conocido como el “profe Venus”. La mayoría de los jugadores del San Andrés pasaron a formar parte del Santa Cruz, que el mismo Magnate decidió llamar Deportivo Iztacalco, sin embargo -y dando inicio a la ironía que los caracterizó- nunca pisaron el lugar que les dio nombre pues no fue posible conseguir un espacio para entrenar en dicha delegación. Sus partidos y entrenamientos tuvieron lugar en el estadio San Bernardino en Texcoco, también conocido como “el muro de los sueños”. 

En su primera temporada, el Deportivo Iztacalco destacó como el peor equipo en la historia del fútbol profesional de México, con 15 derrotas y -40 goles, sin embargo, esto no impidió que los Valedores de Iztacalco se convirtieran en un fenómeno nacional. 

Los valedores a la televisión 

Por otro lado, fue en el año 2006 cuando se consolidó la triada que hasta el día de hoy mantiene el rating de los eventos deportivos de la televisora, Jorge Campos, Christian Martinoli y Luis Garcia, equipo que en aquel tiempo buscaba aumentar los records de audiencia dada la salida de José Ramón Fernández como director deportivo de la televisora. Fue André Marín quien tomó su lugar y decidió replicar el reality producido por Fox Sports Argentina “Atlas: la otra pasión” que narraba las aventuras de un equipo amateur y logró gran éxito con los televidentes sudamericanos. 

Barak Fever y Eder Velázquez se dieron a la tarea de investigar y producir -con muy bajo presupuesto- un segmento que cada lunes formaría parte de los últimos cuatro minutos del programa Los Protagonistas. La televisora contactó al Magnate y fue así como con un tono paródico, Fever y Velázquez dieron a conocer a las audiencias mexicanas al Fútbol Club de Iztacalco. 

Recepción del público 

Para sorpresa de la misma televisora, la audiencia mexicana se enganchó con el equipo desde la primera transmisión. Barack Feber declaró que ni ellos mismos tenían fe en el equipo, para los primeros programas enviaron solamente una cámara, sin conductores o narradores, fue hasta que la televisora vio la conexión del equipo con el público que puso su completa atención. Tras conocer a los miembros del equipo y definir el tono cómico del segmento, los  conductores del programa bautizaron al equipo como Los Valedores de Iztacalco. 

No era necesaria una gran producción, todos los lunes Los Protagonistas dedicaban los últimos cuatro minutos y medio de su programa a transmitir las novedades del equipo, los juegos de cada fin de semana y por supuesto, las golizas por parte de otros equipos, pues aunque fueran el equipo más querido del momento, mantenían su lugar como el peor equipo de la tercera división. 

Los Valedores de Iztacalco fueron duramente criticados y envidiados por otros equipos de la tercera división pues su fama no tenía lógica alguna con su pésimo desempeño en la cancha, cosa que demuestra que el éxito es relativo cuando lo que permanece en la mente del público  son las historias de vida, el tener la sensación de vivir mano a mano con los jugadores el sueño de convertirse en estrellas del fútbol mexicano y por supuesto también su vida privada. No es ningún secreto que, hasta la fecha, el ingrediente principal para el éxito de todo reality show es el característico melodrama telenovelesco, la familiaridad y sobre todo la transformación de los sueños ajenos en propios. Semana tras semana, los ojos de miles de personas permanecían a la espera de las vicisitudes de los valedores. 

¿Impulso o explotación? 

Eran muchas las personas que, debido al impacto mediático de los valedores, consideraban que lo único que el equipo recibió por parte de la televisora fue explotación y audiencia a su costa. Fenómeno que tampoco resulta ninguna novedad e incluso sigue vigente en los formatos actuales de distintas televisoras. Los Valedores de Iztacalco tuvieron una gira por Guanajuato, Chihuahua, Veracruz y Acapulco, a la que asistieron más de ocho mil personas, situación mal vista por parte del público pues nunca recibieron dinero, acompañamiento o equipo e instalaciones para un óptimo entrenamiento. Otras opiniones consideran que la exposición televisiva que tuvo el equipo fue lo mejor que pudieron tener, considerando el nulo éxito como futbolistas.  

El final y un reencuentro

A finales del 2007, el equipo realizó un casting para recibir a nuevos jugadores, en el que aceptaron a cinco de 700. En ese mismo año, tuvieron su primer triunfo, también cargado de ironía pues ganaron por default. Fue en el mismo torneo que, tras un empate uno a uno y doce derrotas por goliza, los Valedores de Iztacalco perdieron su lugar en la tercera división. 

En el 2008 se realizó otro casting en donde seleccionaron a seis de 5000 aspirantes y jugaron un partido amistoso con Los Protagonistas, el cual perdieron uno a cero. Después de esto y por el bajo rating, Azteca abandonó las coberturas del equipo; sin el ojo del público, los valedores conservaron lo único que tenían, derrotas. Más adelante, tres años después, la televisora organizó un partido amistoso contra Muñecos de Papel, su  nuevo equipo prospecto, que goleó a los valedores 4-0. 

Para el año 2016 Los Valedores de Iztacalco desaparecieron oficialmente y aunque muchos consideran que fueron usados y desechados por ser burla nacional, para otros significan grandes recuerdos de la infancia, de otros tiempos y comparan las derrotas de los valedores con las de la selección mexicana, con la diferencia de que los valedores eran agradables, ya que independientemente de su rendimiento en la cancha, llevaban buenos momentos a las familias mexicanas. Esta comparación no es gratuita y tiene un trasfondo significativo pues Los Valedores de Iztacalco representaban el fútbol de barrio, el que se vive apartado de lujos y equipamiento de primer nivel, lejos de la elite y el privilegio. 

Por otro lado, dicho fenómeno refleja también la importancia del contexto, la televisión mexicana y los buenos o malos manejos de cualquier empresa ante un súbito éxito nacional. Los Valedores de Iztacalco, fueron para muchos, una probadita de lo que al mundo le gustaría ver en los equipos de primera división, una verdadera identificación con lo real, la pasión y el fracaso.