Bob Schalkwijk celebra 65 años de carrera con De adentro hacia afuera. 

Con 90 años y 65 años de carrera, el fotógrafo neerlandés, Bob Schalkwijk presenta la exposición De adentro hacia afuera en el Centro de la Imagen de la Ciudad de México. 

De adentro hacia afuera es un greatest hits que celebra una carrera que, si bien no ha sido únicamente de fotografiar el tiempo en México, se conforma por pasajes, postales y crónicas visuales del país al que llegaba en 1958.

Para Bob no hay un México, sino muchos Méxicos; como muestra de ello, hay paisajes naturales, urbanos y en construcción; costumbres ancestrales, del siglo XX y las que traen el sello de “Sólo en México” por donde sea que se les mire. 

Está el México árido de las Bajas Californias y de la– en ese entonces todavía inhóspita –Selva Lacandona, ambos a salvo de toda actividad humana. 

Por otro lado, aparece también el México que cambia, que va a la par de los años y a veces hasta buscándoles ventaja; en los cielos inmensos de Tlayacapan, Morelos y Cuajimalpa, Ciudad de México, de los años 60, sucede algo muy similar: hoy, el entorno es otro; si bien Tlayacapan continúa siendo un pueblo pequeño, su vecino, Tepoztlán, se ha transformado rápidamente como consecuencia de las exigencias de los turistas que lo visitan cada semana – chilangos en su mayoría; del otro lado, la mancha urbana devoró a Cuajimalpa, a ciencia cierta no podríamos saber si lo que veía en la foto es parte de Santa Fe o continúa siendo vestigio de sus pueblos originarios. 

La cámara de Schalkwijk vio erigirse a los colosos del México moderno, el más parecido al actual: El Palacio de los Deportes, el Velódromo, la Villa Olímpica, el Estadio Azteca y la Alberca Olímpica; todos ellos en su momento fueron sinónimo del gran salto que daba el país. 

La voz de Schalkwijk rememora sus primeros pasos por este país, comenta sobre la natural curiosidad por los negocios, los oficias y la vida en este nuevo lugar, muy opuesto a Holanda. 

Para fotografiar, primero hay que graduarse como observador, cosa que Bob haría muy bien. Por medio de la observación se puede conocer otros mundos, eso sí, observar, no ver, porque, como bien dice el artista, la gente ya no tiene esa curiosidad – claro, hoy día una duda se disipa con ayuda de un navegador web.

Mostrar a otros lo que ha visto y aprender a través de las imágenes, son dos fundamentos en la obra del fotógrafo. Mediante imágenes podía contarle a alguien al otro lado del mundo cómo era un fin de semana en la Alameda Central, qué atmósfera surgía cuando llegaba el Día de Muertos, qué atuendos se visten en los pueblos fuera de la ciudad, cómo era la vida nocturna de la capital, o bien, qué era y qué no era México.

Mónica Ayala, @monicayalat

Bob Schalkwijk, @bobschalkwijk

Pim Schalkwijk, @pimfotografo

Pim Schalkwijk, @pimfotografo

Jorge Arreola Barraza, @jorgearrelab

Pim Schalkwijk, @pimfotografo

Pim Schalkwijk, @pimfotografo

Jorge Arreola Barraza, @jorgearrelab