Afortunados nosotros, los mexicanos, que nos toca vivir en la zona intertropical.
En esta edición hemos decidido hacer una oda al mundo tropical que vive latente en nuestra ciudad. Ese universo costeño que pretendemos invocar, pues ahí es más fácil digerir el tiempo, que se frena y fluye alegre y preciso. La calidez se hace inmediata y entre la abundancia, la despreocupación y el movimiento pareciera que somos más felices.
Se persigue al mundo tropical como en los sueños. El defeño busca escenografías tropicales entre el concreto e inventa escenarios que le recuerden aquella verdad inmortal que dice: “En el mar, la vida es más sabrosa”. Esta ciudad de calores inagotables y tormentas torrenciales, tiene la sal de una ciudad de la costa.
No hay que ser muy perceptivos para notarlo: la salsa, la cumbia, el vallenato, el merengue…, están presentes a diario y logran que las penas se vayan cantando. Salones de baile, restaurantes, juguerías de calle, cocos, marisquerías, el semblante templado de los chilangos, la música en Balderas tan cercana a las oficinas de Mi Valedor …, son tan solo algunos de los ejemplos que inspiraron la creación de esta edición.
Y como en esta vida nada es casualidad, hay que mencionar que la idea de esta edición fue de Delphine o Delfín –como le dicen los valedores–, quien además de venir de una costa muy lejana y fría, es la fotógrafa de la revista.
Nuestro vendedor costeño Baldemar nos hace la portada con mucho humor y recuerdo de su vida tropical. Andrés Mesa juega con las palabras y nos da un mensaje muy lindo entre las líneas del cuento “País tropical”. Si lees la crónica de Diego Gerard, es imposible no identificarte como habitante de esta ciudad.
En la selección fotográfica no podían faltar las fotos de Francisco Mata Rosas y los impactantes escenarios que retratan Arturo García y Tonatiuh Cabello. Las intervenciones de esta edición las hicieron todos nuestros vendedores en los talleres creativos.
Se recomienda escuchar el disco de compilaciones “Tropi-Rollo”, el mix de cumbias del recuerdo al leer esta revista.
Disfruten,
María
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