María Portilla conoció el modelo de street papers en Inglaterra y supo que habría que replicarlo en la Ciudad de México. Cuando volvió de su residencia en el extranjero, se juntó con Paula García y dos mujeres más que también se preocupaban por el movimiento social urbano.
“Para los borrachos no hay justificación que nos haga entrar en razón”, afirma Vanessa Solís en esta humorística reflexión sobre la increíble capacidad mexicana para darle la vuelta a cualquier mandato legal, tenga fundamento o no.
Las cosas en la ciudad han cambiado drásticamente; basta con recorrerla para darse cuenta. Sin embargo, entre quesosas rebanadas, seguimos y seguiremos compartiendo historias, deseando que duren un poquito más…