Su funcionamiento es simple: los interesados en participar, que por lo general son personas en situación de marginación, se acercan a nosotras y aplican para convertirse en vendedores. Tras haber sido aprobado, se le asigna un espacio de venta específico y se le da un primer fajo de revistas. A partir de entonces, el vendedor se convierte en un microempresario: sale a vender las revistas y con sus ganancias tendrá que comprar las siguientes, a un precio muy accesible, con el fin de fomentar la ganancia y el ahorro personal. Por otro lado, Mi Valedor funciona como un espacio de expresión para los vendedores y las poblaciones callejeras, ya que se invita a que colaboren con la creación de contenido gráfico y escrito en cada edición. Es una manera más de incluir y reintegrar socialmente a los vendedores dentro del proyecto.
En 2025, con su edición número 182, el Viacrucis de Iztapalapa reunió a más de dos millones de personas, quienes asistieron no solo por motivos religiosos, sino también como parte de una de las expresiones sociales y culturales más representativas de la capital mexicana.