Zeynab Ahmed, vendedora de la revista callejera Surprise: de Somalia a Suiza

Hace trece años, Zeynab Ahmed, de 31 años, huyó de Somalia a causa del miedo provocado por la milicia terrorista Al-Shabaab. Desde entonces ha construido una vida en Suiza: vive con su esposo y sus hijos en Münchenstein y trabaja como vendedora de la revista Surprise. Considera que su futuro está en Suiza, pero le encantaría ver a su madre en Somalia una vez más.

Grabado por Eva Mell

Llevo dos años vendiendo Surprise en el supermercado Migros de Arlesheim. Voy dos o tres veces por semana. Tengo una hija de trece meses, así que solo puedo ir si mi marido se ocupa de ella. Ya conozco muy bien a algunas de las personas que me compran la revista. Una vez, una mujer me preguntó a qué me dedicaba cuando no vendía Surprise. Le dije que iba a clases de alemán, aunque no tenía dinero para pagar la siguiente. Ella misma me la pagó, y eso me hizo muy feliz.

Soy de Somalia pero vivo en Suiza desde el 3 de agosto de 2008. Llegué en barco a Italia. El viaje fue muy complicado, pero lo conseguí. Estuve unos meses en Italia, aunque quería seguir hasta Suiza. La vida era demasiado dura en Italia; algunas veces tuve que dormir en la calle. Estaba aterrada.

Me fui de Somalia por la guerra. Tenía solo tres años cuando murió mi padre. Mi madre se ocupó de seis hijos. Teníamos un restaurante familiar y yo también ayudaba. La guerra nos dejó sin trabajo. Mi aldea está en el sur de Somalia. La milicia terrorista Al-Shabaab entraba a menudo, normalmente por la noche, y mató a mucha gente que yo conocía. Tenía miedo. Así que viajé sola a Europa. Mis dos hermanas están casadas en Somalia, mis dos hermanos emigraron a Sudáfrica y otro hermano aún vive con mi madre.

Conocí a mi esposo poco después de llegar a Suiza. Él también es de Somalia. Nos conocimos en la estación de tren de Basilea. Me preguntó cómo me llamaba y empezamos a hablar; le di mi número de teléfono y decidimos volver a vernos. Nos casamos dos o tres meses después. Yo tenía diecinueve años. Ahora vivimos en Münchenstein y tenemos cuatro hijos. Nuestra hija más joven tiene trece meses; los otros ya tienen siete, nueve y once años.

Mi marido es chef en el Hospital de Liestal. En casa también cocina mucho. Yo trabajé de camarera en un hotel durante cinco años. Pero hace dos años me quedé sin trabajo. Fue entonces que una amiga me habló de Surprise. El dinero que gano vendiendo la revista lo uso para ayudar a mi madre en Somalia. Está muy enferma, va en silla de ruedas y ya no puede trabajar. Eso sí, desde la pandemia de coronavirus vendo menos ejemplares, y por lo tanto gano menos dinero.

Me gustaría viajar a Somalia una vez más para ver a mi madre. Sería muy bonito que ella conociera a mis hijos. La echo mucho de menos. La veo cuando hablo con ella por videollamada de WhatsApp.

Aquí en Suiza tenemos algunos amigos, pero es difícil verlos debido al coronavirus. Hace ya cinco años que una señora de la Cruz Roja nos visita y da apoyo a la familia. Me ayuda si necesito escribir una carta, por ejemplo. A veces también juega con mis pequeños. Me ayuda mucho. La quiero como a mi propia madre.

Mi marido y yo tenemos ahora un permiso tipo B en Suiza. Esto significa que puedo hacer más cosas y más planes que antes. Quiero seguir aprendiendo alemán y ser auxiliar de médico. Disfrutaría mucho del trabajo, pero primero tengo que ir a más clases de alemán. Sin embargo, cada curso me cuesta 1.000 francos: 600 francos por el curso y 400 francos por el cuidado de mi hija mientras estoy allí. Es mucho dinero. Pero, ¿quién sabe? Tal vez algún día todo salga bien y lo consiga.

Traducción de Mark Barrientos

Por cortesía de Surprise / INSP.ngo