La democracia, ¿no se enseña en casa?

Voto familiar

Existe una desilusión generalizada de los ciudadanos con la política. Nadie cree en ella. Odian a los partidos. Sienten desconfianza de los políticos. Y, además, vivimos en el Sistema Político Mexicano.

Con la elección de AMLO en 2018 se mostró el fastidio de los ciudadanos. ¿Para qué queremos un gobierno lleno de discursos como se hacían antes? ¿En qué se convirtieron las viejas promesas de los políticos? ¿Cuál fue el resultado de los gobiernos priistas y panistas? ¿Para qué “sirvieron”?

De esa forma, con AMLO ganó el hartazgo. Es un hecho que AMLO ganó por el voto en contra de los gobiernos anteriores. Porque ni Fox, ni Calderón, ni Peña Nieto cumplieron. La corrupción y la ineficiencia concluyeron su papel: “Que gane alguien que sea distinto a ellos”.

Hace muchos años, cuando conocí a mi esposa, toda su familia era panista. No entendía por qué eran panistas. Nunca había conocido de cerca a un panista. Sabía de los millones de priistas que se aferraban al poder y “al hueso” a toda costa. Conocía a los obstinados opositores comunistas. Pero no había conocido a los panistas.

Poco a poco, al conocer a su familia, me enteré de las luchas sociales que ellos habían enfrentado contra el PRI, desde hace muchas décadas. Primero en Santana y Caborca, Sonora. Después en Tijuana, a donde llegaron en los años 30 del siglo pasado, cuando Tijuana era apenas un “ranchito”.

Desde ahí, con su familia, me enteré de las peores artimañas priistas en el manejo de esas tierras. Los abusos. Los fraudes electorales. Los agandalles. Y los robos a la Nación de todo tipo.

Entendí por qué el primer gobernador no priista, fue panista: Ernesto Ruffo Appel, quien ganó la gubernatura el 2 de julio de 1989, con un 52.3 por ciento de los votos emitidos. Había toda una lucha de gente esforzada y decidida a cambiar este país democráticamente y una buena parte de ellos eran panistas.

Me enteré de la estación de Radio Enciso, fundada por uno de sus tíos, Luis Enrique Enciso Clark, en 1934, que fue llamada por la gente “La voz del pueblo”, que recientemente fue adquirida por el gobernador, Jaime Bonilla, en una truculenta maniobra financiera.

Don Luis E. Enciso fue candidato del PAN a la alcaldía de Tijuana, en 1968, elección que (aseguran) “ganó de calle”, sufragio que le fue robado por las autoridades priistas.

Al conocer a esa familia me enteré de que había un grupo muy importante de panistas que merecían reconocimiento y respeto. Pero eso no duró mucho tiempo. Con los años y las “Concertacesiones” otorgadas por Carlos Salinas de Gortari, empezaron a sacar las uñas muchos otros panistas. Muy distintos a la historia de estos familiares.

Estos nuevos panistas estaban decididos a obtener el poder a como diera lugar. La lista es muy larga y no entraré en detalles. Nunca participé en un partido político, ni voté por el PRI. Tampoco voté por el PAN. Siempre me incliné por los opositores de izquierda. Ellos, para mí, representaban el cambio que requería el país.

Desde esas fechas poco a poco influí en mi familia para tener una visión más izquierdista y menos panista. No fue nada sencillo.

Finalmente, en 2018, “el voto familiar” fue unánime en favor de AMLO. Pero hoy mis hijos dudan de AMLO. ¿De qué sirvió ese esfuerzo familiar?

El poder del pueblo

AMLO ha tenido desde el inicio de su gobierno un propósito centralizador. Desde el principio en 2018 decidió eliminar, modificar, cambiar o vulgarizar a los grupos y organizaciones que podían ser un impedimento para su proyecto de la 4T.

¿Estos grupos y organizaciones tenían un amplio reconocimiento social? Es difícil asegurarlo, pero en realidad no lo tenían. Había muchos grupos técnicos (muy especializados) que no eran conocidos por la mayoría de la población.

Muchas veces, en el pasado, cuando se trataba de resolver algún problema específico se decidía crear organismos e instituciones “Por Decreto”, sin necesidad de ser valoradas legislativamente.

Esto funcionaba así antes. Pero hoy: ¿cuál es el “planteamiento” de la 4T? El tema es complejo y nada sencillo de resolver. El asunto del mensaje de AMLO para la comunidad es que: “Quien manda es el pueblo”.

O sea, las instituciones, los organismos públicos (por más especializados que sean) sirven a los ciudadanos, a los usuarios, al “pueblo”. Y ese pueblo es (o debe ser) el beneficiario de la política pública.

A nivel de una gran mayoría de la población, se piden menos “etiquetas” a los programas públicos y se demandan mejores resultados. Para la gente no es tan importante saber si la economía es “de mercado”, o si es una “política estatal”.

El verdadero fruto es que resulte positiva. Que sea efectiva. Que haya buenos empleos y una mejor distribución de la riqueza. Por eso, en el momento de las elecciones, habrá mucho que decidir.

¿Más economía libre? ¿Más Estado? En cualquier caso, será necesario mantener un nivel de gobierno que funcione y que haga posible conseguir mejores resultados.

¿Qué hará AMLO con esto?… Más 4T.

La transa de PEMEX

Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México (AHMSA), salió el lunes pasado por la noche del Reclusorio Norte, después de estar preso en España y ser extraditado a México hace dos meses y medio.

Fue detenido por lavado de dinero y el cobro excesivo por la venta de la planta Agronitrogenados a Pemex. Deberá pagar 216 millones 664 mil 40 dólares (algo así como 4 mil 340 millones de pesos) en tres pagos en noviembre de este año y los dos siguientes.

Un juez le concedió la suspensión provisional de su proceso. No fue liberado. También presentará como garantía escrituras de 50 bienes muebles e inmuebles.

El hecho es que, durante el último año, cuando estuvo detenido, el precio del acero en México prácticamente se duplicó.

¿Quién pagará esta gigantesca deuda de Alonso Ancira? Nosotros, los consumidores. La libertad de algunas personas nos es muy cara.

La Cueva del Delfín

El PRI es como un camión de la basura. Lo puedes lavar, pintar, perfumar, decorar. Pero siempre llevará basura por dentro.

¡Vientos huracanados!, si no me delata Lozoya nos veremos por acá la próxima semana.