“Diez”, “Nueve”, “Diez”, “Ocho punto cinco”, “Diez, definitivamente”. Ese es el promedio, del uno al diez, que las chicas del Comité Feminista de la Universidad Autónoma (UAM) Unidad Xochimilco le dan a la presencia del machismo dentro de las instalaciones de esa alma mater, en una entrevista que les realizó Mi Valedor.
Carla Carpio, profesional que realiza investigaciones posdoctorales en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM (CIEG), señala que en México el machismo permanece arraigado en la cultura, especialmente por tradiciones religiosas traídas a América por los conquistadores, y aunque cada vez menos gente se identifica con el catolicismo, ese tipo de actitudes no han quedado en el pasado.
El machismo se traduce en una serie de roles y comportamientos de género, en los que las mujeres son subordinadas por los hombres. Viven todos los días violencia en las calles, sus cuerpos son vulnerados y los piropos se convierten en acoso. La mayor expresión de violencia que padecen son los feminicidios, explica Carpio.
Por su parte, Claudio Tzompantzi Miguel, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, apunta que el machismo también afecta a los hombres, porque es algo que aprenden desde pequeños sin cuestionarse, “es algo que hemos naturalizado”.
Bajo esta creencia, un varón debe probar constantemente cómo es un “verdadero hombre”, principalmente rechazando tres conceptos: “no soy mujer, no soy homosexual y no soy un niño”. Es así como el género masculino pone en riesgo su salud emocional y física, tal como sus relaciones con otras personas, e incluso con su propia infancia.
Tzompantzi asegura que para cambiar esta realidad es imprescindible que los hombres se cuestionen estos comportamientos, creando espacios en los que se hable sobre el daño que implica para la sociedad la transmisión de creencias y valores machistas.
Carpio a su vez asegura que en la actualidad las nuevas generaciones se han integrado a las movilizaciones feministas, y resalta que esto sucede porque lo primero que hay que hacer es alzar la voz, reunirse, colectivizar, crear círculos de confianza donde compartir y sobre todo denunciar, que es lo más difícil. “Lo más importante es que están reflexionando, y no se han quedado calladas sobre las situaciones con las que la mayoría nos sentimos incómodas”.
Justamente, ejemplo de ello es el Comité Feminista de la UAM Xochimilco, integrado por siete chicas estudiantes de diferentes carreras. Se conformaron en el 2019 y tienen una estructura totalmente horizontal, gracias a la cual cada una suma propuestas que se aprueban o no por mayoría.
“Estamos enfocadas en la violencia de género como una expresión que por lo general viene de un hombre hacia las mujeres, y además porque dentro de nuestra universidad no existe un espacio donde únicamente podamos estar mujeres y de alguna forma seguras, entonces nuestro espacio es completamente separatista y hasta la fecha es el único espacio de este tipo en toda la universidad”, nos explican.
Aseguran que en el contexto universitario existen diferentes tipos de violencia contra las mujeres, totalmente normalizadas, “sobre todo por esta relación jerárquica que existe entre el profesorado y los alumnos, también por el tipo de relaciones que se van dando o gestando entre los mismos estudiantes, por ejemplo, el acoso por parte de profesores y compañeros, incluso hemos tenido casos de profesores que han abusado física, emocional y sexualmente de sus alumnas, también muchos casos de violencia de género de exparejas o simplemente de hombres que acosan a las chicas dentro y fuera de la universidad”.
Comentan que no suelen tener respaldo muy notorio en su día a día, quizá por los prejuicios que hay en contra del movimiento feminista, más aún al identificarse como separatistas, pero “nos damos cuenta que empatizan porque hacemos actividades y se presentan, tenemos también apoyo en redes sociales, aunque algo importante es que en las redes el anonimato es muy común y de alguna forma es por eso que hay mucho apoyo, pero ya cuando se requiere que se identifiquen, a lo mejor decir ‘yo soy tal persona y sí estoy a favor del Comité feminista’, pues ya es un poquito más complicado”.
“Cuando ponemos un tendedero de denuncias, nos volvemos como las malas del cuento o nos volvemos como esta parte incomoda para la universidad y entonces ya no es lo mismo estar de acuerdo con un taller que organicemos, por ejemplo, que estar de acuerdo con un comité de mujeres que incomoda a la comunidad”, agregan.
Consideran que sí hay movimientos feministas radicales, pero su comité no está encaminado en esa dirección. “Como en todo movimiento social hay sectores muy pasivos, muy tibios y hay unos que caen en la rudeza y totalmente en la radicalidad”.
Según su opinión, siempre que hay movimientos que se catalogan como liberales, surge una contraparte, “movimientos conservadores que se sienten atacados o por las cosas que el feminismo llega a denunciar, se sienten afectados, porque no están acostumbrados a que se les cuestione. Pero eso es algo natural en la sociedad, que se mueve de esa forma, y es que algo está cambiando, se está transformando, obviamente aún falta mucho, pero es motivo también de que el Comité exista, porque dentro de nosotras hay una esperanza de que las cosas puedan ir cambiando poco a poco”.
Sus familias apoyan por completo su participación en el Comité, así como el activismo que ello trae consigo, pero les piden tener máximo cuidado, debido al miedo de que les suceda algo por pertenecer a un movimiento que acarrea múltiples peligros, especialmente cuando se enfrenta al machismo más violento, que de por sí, es un temor que se extiende a gran parte de la sociedad.
Pasando al tema de las tan polémicas manifestaciones feministas en las que se han visto dañadas algunas infraestructuras de la CDMX como forma de llamar la atención hacia los crecientes feminicidios y desapariciones de mujeres en la república mexicana, el Comité de la UAM Xochimilco opina que las “personas que critican esta manera de visibilizar que nos están matando les falta empatía, porque realmente es un sinsentido el hacer tanto ruido para defender una pared, lamentarse por los grafitis en un monumento, y no hacen el mismo ruido cuando se escuchan tantos casos de feminicidios tan horribles, de torturas tan horribles, de verdad es incongruente”.
En realidad “es una expresión de catarsis y por eso es injuzgable. Hay quienes marchan pacíficamente, hay quienes marchan pidiendo un mejor país y hay quienes marchan pidiendo justicia. Entonces esos son dos puntos bien distintos, es muy diferente marchar porque no quieres que te pase nada, que salir a protestar porque ya te pasó. Entonces ahí la perspectiva es muy distinta, y creemos que sí es bien importante ser empático al reconocer y respetar desde qué perspectiva está marchando cada mujer, porque se está protestando por vidas, por mujeres que nos están quitando”, añaden.
Las chicas del Comité consideran como logro el ganarse la confianza de varias mujeres que se acercan hasta ellas en busca de ayuda por diferentes motivos o porque simplemente necesitan un espacio seguro para ser escuchadas, así como haber conformado el primer y único espacio realmente separatista dentro de la UAM Xochimilco.
Asimismo, han realizado campañas que evalúan como exitosas, porque las han contactado por redes sociales como un Comité de referencia para tratar temas de interés y problemáticas vinculadas al feminismo. “Apenas acabamos de abrir un espacio autogestivo para que las mujeres de nuestra universidad puedan acudir a lactar a sus bebés, porque en la universidad tampoco hay algún espacio apropiado para que puedan hacerlo”.
“Creemos que suena muy idealista, pero lo que queremos todas como feministas es la erradicación de la violencia de género y específicamente nuestro Comité lo que trata de hacer es erradicar esas violencias en el contexto universitario”, indican.
Subrayan que uno de los retos que enfrentan a diario es la falta de apoyo institucional, “somos autogestivas, todas nuestras actividades las hacemos gracias a cosas que nos dan donado o por nuestros propios medios, tampoco nos dan tiempo para hacer nuestras actividades, vemos de dónde lo sacamos y así poder reunirnos fuera de horarios de clase para gestionar, diseñar y ejecutar todas las actividades”.
“También un reto importante que hemos enfrentado es que la institución no hace lo que le toca realmente. A veces es desalentador el intentar llevar todo un proceso y que al final, como sucede en México con la corrupción, llevamos el proceso, acompañamos en el proceso, pero al momento de aplicar sanciones, de ver qué se tiene que hacer ya en lo que corresponde a la institución, muchas veces no se hace nada. Por ejemplo, hablando de profesores, de trabajadores de la universidad, muchos tienen impunidad. Entonces también nos hemos tenido que enfrentar a eso”, apuntan.
Mar: Por mi parte, el mensaje que me gustaría transmitir es que las chicas no se queden calladas, no sientan miedo de denunciar las violencias que han vivido y que sepan que realmente nosotras como Comité estamos para apoyarlas.
Irais: Está bien tomarse su tiempo para poder hablarlo y sacarlo y que realmente tengan esa confianza con el Comité, porque bueno en mi experiencia personal yo tenía miedo de acercarme a un comité, al que fuese, sin embargo, encontré cuando entré a la UAM el Comité Feminista, y quiero decirles que dejen de lado lo malo que luego escuchan del feminismo, también que investiguen y se informen y que vean ese otro lado positivo, en mi caso yo me acerqué sola, es difícil, sé que es muy complicado, pero sepan que vamos a estar para recibirlas con todo el amor y cariño. Yo sí puedo decirles que los comités feministas sí sirven para que puedan sentir ese lugar seguro y que puedan sacar lo que se han estado guardando durante tanto tiempo.
Zazil: Mi mensaje sería que escuchen, que se integren, que se acerquen, pregunten, que sepan qué es lo que se exige o qué es lo que hacemos, porque muchas veces pues simplemente no se acercan porque no saben cómo funciona o qué es como tal el feminismo, entonces diría que se interesen.
Gala: Cada día es una nueva oportunidad para reafirmar lo que importamos y que merecemos un lugar en la sociedad. Yo creo que cada quien tiene su tiempo de entrar o no a la lucha, no se sientan presionadas, pero sepan que siempre hay un lugar seguro en donde pueden contar sus cosas, en donde se puede hacer justicia. Y también creo que es importante decir que el feminismo es para todos, que no hay que asustarnos con la palabra feminismo, es algo que nos involucra a todos, que nos afecta a todos, y es importante que todos nos unamos.
Alejandra: A mí me gustaría invitarlas a que conozcan el comité, que conozcan lo que hacemos, no somos las personas radicales que piensan, somos personas que nos gusta muchísimo festejar los logros de nuestras hermanas, buscamos justicia, también tener ese acercamiento con toda la comunidad a través de numerosos talleres, tenemos muchísimas actividades que no son separatistas completamente, hay algunas actividades que son mixtas y que son lindas y quiero invitarlos a que se unan y a que finalmente podamos ver que la violencia no es normal, sabemos que no todas van a alzar la voz en el momento, pero nosotras vamos a estar ahí para cuando se sientan listas.
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Haz un donativo aquíValedor y periodista a tiempo completo. Zurdo, cinéfilo, amante de la lectura, la música, el café y el chocolate. En contra de las farsas sociales. Otro venezolano emigrante.
Soy Concha León Portilla y tengo 66 años cumplidos. Desde hace ocho años dirijo, escribo y conduzco Enlace50, un programa de radio dedicado al tercer acto de la vida, a la tercera edad, a la vejez, o como cada quien prefiera llamarlo. La escritora Marianne Williamson le dice: “la edad de los milagros”. Yo creo […]
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