Las personas en situación de calle y otros grupos de atención prioritaria. ¿Quiénes son y por qué es necesario atenderlos?

Las personas en situación de calle y otros grupos de atención prioritaria. ¿Quiénes son y por qué es necesario atenderlos?

04/02/2022
Por Victoria Villalobos

Hablar de personas en situación de calle es también hablar de invisibilización institucional, violencias estructurales y un ejercicio deficiente de los derechos humanos. Al ser personas con redes de apoyo insuficientes, son objeto de violencias y maltratos sin que otros intercedan para detenerlos. ¿Qué obligaciones tienen las instituciones para garantizar el ejercicio de sus derechos? Vayamos por partes.

Primero, ¿qué son los derechos humanos?

Son las condiciones básicas que necesitan las personas para vivir con dignidad y en un ambiente de paz. Este conjunto de prerrogativas se encuentra establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución Política, tratados internacionales y las leyes. Y es fundamental que se garantice su ejercicio digno, sobre todo en poblaciones vulnerables también conocidas como grupos de atención prioritaria.

¿Quiénes son los grupos de atención prioritaria?

La Constitución Política de la Ciudad de México reconoce como grupos de atención prioritaria a aquellos que están en alguna situación de desigualdad estructural, que por muchos años han sido discriminados, excluidos y violentados, y que aún hoy enfrentan grandes obstáculos para disfrutar de sus derechos y libertades.

¿Y cuáles son estos grupos de atención prioritaria?

Desde su publicación en 2018, la Constitución Política de la Ciudad de México reconoce como grupos de atención prioritaria a los siguientes:

  • mujeres;
  • niñas, niños y adolescentes;
  • personas jóvenes;
  • personas mayores;
  • personas con viven con una discapacidad;
  • personas LGBTTTI+;
  • personas migrantes y sujetas de protección internacional;
  • personas víctimas;
  • personas en situación de calle;
  • personas privadas de la libertad;
  • personas que residen en instituciones de asistencia social;
  • personas afrodescendientes;
  • personas de identidad indígena, y
  • personas pertenecientes a minorías religiosas.

¿Qué debe estar haciendo la autoridad en favor de estos grupos?

Reconocerlos, escucharlos, atenderlos y protegerlos.

  1. Asegurar que sus integrantes participen en espacios de toma de decisiones.
  2. Operar medidas de acuerdo a sus necesidades específicas.
  3. Con un sistema social amplio y suficiente.
  4. Prohibir cualquier ejercicio de violencia o discriminación hacia ellos.
  5. Prevenir, investigar, sancionar y reparar violaciones a sus derechos humanos.
  6. Darlos a conocer y sensibilizar a la población sobre los derechos que tienen.
  7. Incentivar y fortalecer Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que trabajen para defender a estos grupos.
  8. Reconocer el derecho de las personas a identificarse con determinado grupo y respetar su capacidad de decisión.

Ahora, ¿quién es considerada una persona en situación de calle y cómo son sus características?

La población callejera es un grupo social diverso, conformado por niñas, niños, personas jóvenes, mujeres, hombres, familias, personas adultas mayores o personas mayores, con discapacidad y otras con diversos problemas de salud y adicciones. (COPRED, 2017).

  • Las personas en situación de calle son un grupo diverso y con historias de vida individuales y diferentes entre sí.
  • Se trata de personas que viven y transitan en el espacio público, donde generan y desarrollan sus propias formas de subsistencia y no cuentan con una vivienda regular (propia, rentada o prestada) o un lugar con los servicios para satisfacer sus necesidades de vivienda.
  • Las personas en situación de calle suelen vivir en extrema pobreza y tienen vínculos familiares fracturados o frágiles.
  • Sus problemas son complejos y multifactoriales, y se agravan por la invisibilización y discriminación sistemática de las que son víctimas.

La situación de calle es multicausal e interseccional, no solo una decisión

Los motivos que han orillado a estas personas a las calles son diversos. Violencia familiar, núcleos familiares rotos, desempleo, adicciones, falta de oportunidades, discriminación, entre muchos otros. Hablamos de causas sociales pero también estructurales.

El Protocolo interinstitucional de atención integral a personas que viven en situación de calle en la Ciudad de México (2020) clasifica las causas de la situación de calle como sigue:

  • Factores macroestructurales o asociados a la comunidad: a partir de problemáticas derivadas de movimientos económicos, políticos y culturales (ej. políticas que provocan desempleo masivo, devaluaciones, migración o poca regulación de un mercado inmobiliario).
  • Factores medioestructurales o asociados a la familia: aquellos elementos que se encuentran en un nivel de mayor proximidad. Son todas aquellas instituciones o redes de relaciones que impactan de manera más directa en las personas, como la familia, la escuela o el trabajo (ej. “Las razones por las que las personas viven en la calle son muy diversas, desde niños homosexuales y niñas embarazadas que corren de su casa, menores maltratados, personas con adicción a las drogas y otras que no pueden pagar la renta”, señaló Ali Ruiz Coronel, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.” (DGCS UNAM, 2020)). “También hay adultos mayores a quienes, después de trabajar, sus hijos los echan a la calle, y están ahí porque no tienen otro lugar; o personas que estuvieron en prisión y no logran reincorporarse a la sociedad. La diversidad en las causas y en las formas en que se vive en la calle son la característica fundamental”, señaló.
  • Factores microestructurales o asociados al individuo: Tienen que ver con el aspecto subjetivo de los individuos (ej. necesidad de migrar, problemas de salud mental, pérdida de redes de apoyo, muerte de familiares, precarización del empleo, etcétera).

Hablamos entonces de un problema complejo que requiere ser atendido desde sus causas, a través de programas de prevención, regulación y acompañamiento. Garantizar un ejercicio pleno de sus derechos es una tarea conjunta. Gobierno, instituciones y la sociedad civil deben trabajar para que las personas en situación de calle tengan una vida digna y libre de violencia. Cuando alguna de las partes no está haciendo su trabajo, toca a las Organizaciones de la Sociedad Civil interceder para frenar la violencia y la discriminación de la que son víctimas las poblaciones callejeras.

Integrar a las poblaciones callejeras y atender sus problemáticas no es una tarea fácil, pero todos podemos contribuir con acciones que partan de una realidad que a veces se olvida: las personas en situación de calle son sujetos de derecho.

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Victoria Villalobos

Victoria Villalobos

Victoria Villalobos es estudiante perpetua, le interesa la comunicación, la interdisciplina, y todo lo que yace en medio.

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