Murales del Mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez: Los daños que sufren y el arduo trabajo de restauración y conservación

Murales del Mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez: Los daños que sufren y el arduo trabajo de restauración y conservación

03/04/2024
Por Alejandro Peña

En pleno centro histórico de la Ciudad de México, exactamente en la avenida República de Venezuela número 72, se encuentra el mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez, muy concurrido por personas que desean probar la gastronomía tradicional mexicana o adquirir productos típicos de este tipo de centros comerciales de tinte popular.

Vista externa del Mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez – Fotos de Valeria Marmolejo

Lo que podría ser inimaginable para algunos, es que, al entrar a este edificio alargado de dos pisos, se pueden admirar una serie de murales históricos realizados por artistas reconocidos, mexicanos y extranjeros, que reflejan problemáticas sociales vigentes hasta nuestros días.

Mi Valedor tuvo la oportunidad de hacer un recorrido en compañía de José Caballero, restaurador del área de taller de pintura mural del Centro de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y pudimos conocer detalles muy interesantes acerca de esta serie de obras.

José Caballero, restaurador del área de taller de pintura mural del Centro de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura – Fotos de Valeria Marmolejo

El licenciado Caballero nos explica que los murales en cuestión se presentaron con la inauguración del mismo mercado, el 24 de noviembre de 1934, “con el presidente saliente Abelardo L Rodríguez y el presidente entrante Lázaro Cárdenas, y es cuando surge este mercado, y este es el resultado, pero no únicamente era un mercado, sino que fue digamos el que marcó la vanguardia en esa época por todo el diseño de los espacios y el contenido cultural que ya tenía esa visión para plasmarlo precisamente en sus muros y plafones“.

Las obras son de seis artistas mexicanos que estaban bajo la tutoría del reconocido maestro Diego Rivera, pareja de Frida Kahlo, y de otros cuatro extranjeros, relacionados con Rivera por amistades en común: Miguel Tzab, Raúl Gamboa, Ramón Alva Guadarrama, Pedro Rendón, Ángel Bracho y Antonio Pujol son los primeros, y Marion Greenwood, Grace Greenwood, Pablo O’Higgins e Isamu Noguchi son los segundos.

Mural “Los alimentos y su distribución sobre el canal de la Viga” de Marion Greenwood – Fotos de Valeria Marmolejo

Llevar la cultura al pueblo pintando la vida del pueblo

Se decidió que la exhibición fuese en un mercado porque la idea era “llevar la cultura al pueblo; esa fue la visión que se tenía desde la década de los 20, recordemos que uno de los grandes impulsores de este movimiento muralístico como tal fue José Vasconcelos (abogado, político, escritor, educador y filósofo mexicano nacido en Oaxaca en 1882 y fallecido en CDMX en 1959; fue miembro del Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua, además fundador del ministerio de educación en el país), entonces se siguió ese trayecto, de llevar la cultura al pueblo. Ya no tanto que la gente se acercara a los museos, sino era a través de la concientización, a través de las imágenes, el poder difundir la cultura en espacios accesibles“, comenta Caballero.

Este espacio, el mercado Abelardo Rodríguez, conforma uno de los 5 lugares más emblemáticos dentro de la gestación de lo que es el movimiento urbanístico en la Ciudad de México, que estamos hablando del colegio de San Ildefonso, del Palacio de Bellas Artes, del edificio sede de la Secretaría de Educación Pública, el Palacio Nacional, entonces, por tal motivo, este espacio para nosotros, como observadores, restauradores, y para la gente en general, representa una importancia dentro del movimiento muralístico en el país“, añade.

Mural “La Minería”, de Grace Greenwood – Fotos de Valeria Marmolejo

Caballero apunta que, en el caso de los artistas extranjeros, estuvieron investigando en México las características que presentaba la sociedad en ese entonces, especialmente en lo relativo a la desigualdad, la explotación, la pobreza y las actividades económicas más comunes entre la población.

Por ejemplo, “Grace Greenwood se fue a una mina en Mineral del Monte, en el estado de Hidalgo, en donde fue muy difícil, pero lo logró, conseguir que le dieran acceso a una mina, estamos hablando de hace 90 años, era muy difícil porque la ideología del trabajador era que una mujer no podía ingresar a las fauces de la tierra porque eso era como mal augurio. Incluso se vistió como hombre o una cosa así. Ella logra después de varias sesiones hacer sus apuntes y los traslada precisamente a estos espacios“.

Esculto-pintura de Isamu Noguchi – Fotos de Valeria Marmolejo

La indicación dada a los muralistas fue que debían tratarse temas sociales relevantes para ese momento; además, Caballero resalta que “recordemos que todos los artistas siempre están a la vanguardia en cuanto a los temas sociales, todo artista tiene que ver básicamente con ello, porque son una concientización de lo que está sucediendo en el entorno y esto de alguna manera es como se hacen estas denuncias y que afortunadamente así las hicieron, porque de esta forma 90 años después podemos decir que siguen vigentes“. Estas obras hoy en día no son ajenas, no se sienten lejanas, al contrario, aunque los medios de producción se han modernizado en lo atinente a la tecnología, lo cierto es que los conflictos humanos se mantienen prácticamente intactos.

Los daños que acechan a los murales

Anuncio colocado por el Centro de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble en el mural de Grace Greenwood – Fotos de Alejandro Peña

Conversando sobre los daños que han sufrido estas obras a lo largo del tiempo y que las siguen afectando, Caballero señala que principalmente son consecuencia de asuntos estructurales del edificio que aloja al mercado. “Es un espacio que está cumpliendo ya 90 años desde que fue construido, hay ciertamente afectaciones pues primero porque todo inmueble debe de dársele un mantenimiento, porque pues son bajadas pluviales que ya pues terminaron a veces su uso adecuado, se han sustituido algunas bajadas pluviales en otros momentos sí, pero hoy en día sí tenemos problemas de humedades y que te lo mostraba ahí en la obra de Grace Greenwood“, indica, refiriéndose al fresco titulado ‘La Minería’, que presenta algunas huellas de humedad.

Huellas de humedad en el mural “La Minería” de Grace Greenwood – Foto de Valeria Marmolejo

El año pasado pues sí estaba sumamente afectada por las exploraciones salinas, se atendió y no únicamente ese espacio, sino después surgió por debajo de la ventana, que se llama ‘ojo de buey’, todo ese sector estaba invadido también de sales, se atendió y hasta ahorita se ve estable, pero hacia acá ya veo nuevamente que se está afectando“, dice, mientras señala el referido espacio debajo de la ventana.

Agrega que “nosotros como restauradores tenemos la responsabilidad no únicamente de ir y atender el problema, sino ver las causas que detonan el problema, y en este caso las causas son las bajadas pluviales principalmente, afectaciones que hasta el momento lamentablemente no se han atendido, y a mis espaldas (donde se halla la esculto-pintura del maestro Isamu Noguchi) fue problema también de impermeabilización, entonces en esta esquina yo la terminé de trabajar el día 5 de junio del año pasado (2023), estuve trabajando desde finales de abril hasta el día 5, lamentablemente ese mismo día que yo había terminado de trabajar llovió, cayó un torrencial en la Ciudad de México, y me lo había imaginado, ya lo sabía, ya habían venido autoridades, yo ya les había dicho que todo lo que yo había hecho, porque se restituyó precisamente toda la yesería que estaba afectada, se pintó, entonces yo les dije ‘esto de nada va a servir si no se atiende la problemática de las azoteas’, y pues lamentablemente no se atendió“, y aclara que es la Alcaldía de Cuauhtémoc la encargada de solventar esas fallas.

Huellas de humedad en la esculto-pintura de Isamu Noguchi – Foto de Valeria Marmolejo

A la mañana siguiente, después de haber terminado con el trabajo de reparación, Caballero fue “a atender, vine a registrar, le tomé fotografías, le tomé videos y fue como lo mandé a las diferentes instancias, obviamente lo mandé a mi centro de conservación, a mi a mi dirección, hice saber lo que estaba sucediendo al titular también del taller de pintura mural, y 3 días más tarde me dijeron: ‘sabes qué, se detiene todo esto, no se continúa hasta que se haya atendido el problema de las azoteas’, y ha habido visitas posteriores donde lo han visto“, manifiesta, con un gesto de tristeza.

Explica que cada vez que llueve, en el segundo piso del mercado, colocan numerosas cubetas, porque todo el espacio se encharca; “es algo que es lamentable, pero es real. Cuando no tenemos esa conciencia del trabajo, hasta cierto punto considero que es una falta de respeto para el trabajo del restaurador, pero sobre todo para la obra mural. Porque este es el trabajo de un artista que deja un legado, y que hoy en día ves aquí a las nuevas generaciones cómo vienen a instruirse y a conocer más de la historia de este mural, pero qué pasa si no lo atendemos como restauradores. En el INBAL hacemos lo que nos compete, pero no está en nuestras manos ir más allá, pero sí hacer evidente que cada quien debe atender una parte“.

Segundo piso del Mercado Presidente Abelardo L. Rodríguez – Fotos de Valeria Marmolejo

Asevera que además del problema con la azoteas que no se han atendido, también están los pretiles, “que es como la parte saliente de la barda, por llamarlo así, esos pretiles ya tienen cierto daño, fisuras, etc., que por ahí se filtra también la humedad y recae en el deterioro mismo del marco de la obra y afecta a la obra misma. Espero que hagan el trabajo antes de que llegue el siguiente periodo de lluvias. Estamos esperando por esas reparaciones desde el año pasado“.

Aclara que no hay peligro de que las obras tengan daños irreparables, pero sí se pueden seguir deslavando. Asimismo, comenta que con cada trabajo de reparación, es la mano del restaurador la que se plasma, “pero no es la mano del artista, su huella, ya no es el original. obviamente nosotros no vamos a inventar cosas ni mucho menos. Nosotros seguimos haciendo la reintegración cromática a través de los valores que tenemos en las obras originales, pero qué mejor que conservar lo más posible la obra en su estado original“.

Mural de Pedro Rendón. Se muestra una pequeña parte reconstruida por completo, ya que colapsó. Se deja más clara para diferenciarla de la obra original. – Fotos de Valeria Marmolejo

Por otra parte, aquí hemos visto en la parte central el peso que tiene la obra (la esculto-pintura del maestro Isamu Noguchi) y que hay un cierto agrietamiento, porque el peso de esta obra es importantísimo. Lo han venido resanando. También a lo largo del mercado hemos visto el problema de la afectación antropogénica, es decir, la gente, que en ocasiones encontramos pegados pellejos de pollo, frutas, cáscaras, escupitajos, rayones, y esa es parte de la naturaleza de la obra que está en un mercado, es parte de los riesgos, pero en este tipo de obras las afectaciones principales están en las azoteas“, añade.

Grietas producidas por el peso de la esculto-pintura del maestro Isamu Noguchi – Fotos de Valeria Marmolejo

Caballero nos cuenta que hace un tiempo participó, junto a otros profesionales de su equipo, en la restauración de la obra del maestro Ángel Bracho, titulada ‘Las Vitaminas‘, que se encuentra en un plafón, “y que tuvo yo diría que más de dos décadas que no se atendía la problemática de humedad, más bien, la huella que dejó la humedad, y fue en el 2019, creo que fue en el último trimestre de ese año, que intervenimos la obra un grupo de restauradores de base, y continuamos el trabajo hasta principios del 2020, y fue cuando nos llegó la pandemia, que afortunadamente se logró concluir el trabajo. Ahí sí se requirió de un andamiaje para que nosotros pudiéramos trabajar en la plataforma y atender el plafón de la obra. Ya ahí sí se había atendido la problemática impermeabilizante, y yo lo he visto estable cada vez que vengo“.

Mural “Las Vitaminas”, de Ángel Bracho, restaurado recientemente – Fotos de Valeria Marmolejo

Aunque subraya que no todos los espacios de las azoteas están dañados, sí hay zonas que son muy determinantes para atenderlas de manera pronta y puntal. Afortunadamente, en el terremoto del 2017 que afectó varios lugares de Ciudad de México, sólo hubo reactivación de algunas grietas y fisuras, que de por sí siempre aparecen cada cierto tiempo en todos los murales. Empero, hasta ahora no ha habido colapso absoluto de ninguna obra.

De igual manera, “ha habido grafeados, que a veces gente que llega y las raya. Los raya con lápiz. Pero la misma gente, en este caso las personas del centro comunitario o las personas del Centro de Integración Juvenil, están pendientes para que no se vandalice la obra mural, porque saben la importancia y la trascendencia de lo que tienen en resguardo“.

En el área cercana a la entrada del Teatro del Pueblo se encuentran las pinturas realizadas por el maestro Pablo O’Higgins, en un patio interno de estilo colonial, y “los problemas aquí son sobre todo por bajadas fluviales, que esperemos que pronto se atiendan para un mayor periodo de conservación“, comenta Caballero.

            

Murales de Pablo O’Higgins, afectados por grietas y humedad – Fotos de Valeria Marmolejo

Otra problemática a la que se enfrentan los restauradores son los hongos, consecuencia de la humedad que invade la estructura. “De hecho cuando detectamos cierta afectación por hongos, en el Centro Nacional de Conservación contamos con un laboratorio de biodeterioro, entonces los determinan, los analizan, se llevan muestras, y se determina si se requiere o no de una fumigación. Afortunadamente contamos con ese recurso propio del Centro. Se hace a través de nebulizaciones, con aparatos ex profeso y elementos químicos que nos ayudan a eliminar o neutralizar el problema“.

Así también, Caballero remarca que “cuando intervenimos las obras, utilizamos guantes para no trasladar el elemento graso que tienen nuestras manos hacia la obra mural, por eso en los museos se les pide a la gente no tocar, porque esa grasa puede llegar a dañar la obra. Nosotros si no tocamos no trabajamos. Siempre hay un respeto a la obra, al artista, y lo que representa, pero nosotros estamos obligados a tocar la obra“.

En resumen, todas las piezas murales han sido intervenidas, ya sea por humedad, fisuras, grietas o acciones humanas como escritos o suciedad. La técnica utilizada comúnmente para la restauración es el rigatino (rayado, en italiano) que consiste en aplicar finas líneas de color verticales y paralelas que se yuxtaponen para ajustarse al original. Son visibles desde muy cerca, pero ya a cierta distancia se asimilan a la obra fácilmente.

Murales de Antonio Pujol, en el Teatro del Pueblo, afectados por grietas – Fotos de Valeria Marmolejo

A pesar de que no hay disponible un cuerpo de normas de prevención dirigido a la población en el que se exprese el cuidado que debe existir al momento de acercarse a las obras, Caballero asegura que “hablamos con las autoridades, ya sea con el Comité Organizador del mercado, etc., y tratamos de hacerles conciencia, y ha habido mucha conciencia la verdad, porque la gente sí se acerca con nosotros cada vez que venimos a preguntarnos algo, y les hablamos de las problemáticas“.

“Para muchos es parte de su identidad”

Caballero indica que “en el mercado son alrededor de 330 locales y para ellos o para muchos es parte de su identidad, o sea ellos no pueden hacerse a la idea de que estos espacios, de que estos murales no existan, porque hay gente que dice ‘pues yo desde que nací y me llevaban a la guardería y toda la vida he visto esto’, y muchas veces han promovido las organizaciones del mismo mercado, la organización digamos administrativa, la labor de notificar a las autoridades que vengamos a hacer el cierre, las intervenciones a la obra por algún daño que se haya llegado a suscitar, y nosotros venimos de manera casi inmediata y estamos aquí atendiendo obviamente con todo un protocolo de evaluación de los daños“.

Mural “Producción de carbón”, de Ramón Alva Guadarrama, afectado por grietas – Foto de Valeria Marmolejo

Murales de Ramón Alva Guadarrama, restaurados recientemente – Fotos de Valeria Marmolejo

Informa que hay gran afluencia de visitantes nacionales e internacionales, y como restaurador siente el compromiso de difundir la cultura, conversando con las personas que se le acercan a preguntar por los murales cuando él se encuentra allí. También hay tours guiados organizados por particulares, y además incluyen un recorrido gastronómico por los puestos del mercado.

Justamente, el día de nuestra visita nos encontramos con un grupo de estudiantes de la escuela de Conservación y Restauración de Occidente, de la Universidad de Guadalajara, y el licenciado Caballero les estaba relatando la historia de los murales y las temáticas que representan.

Si un particular desea hacer un recorrido por los murales, sólo tiene que acercarse al mercado. Están localizados específicamente en el piso de abajo, en todas las entradas, y en la parte de arriba, en un área a la que se ingresa por unas escaleras amplias. En el edificio adjunto, que es el Teatro del Pueblo, hay otros murales, como ya hemos mencionado. Es preciso acotar que en la actualidad está restringido el acceso a ciertas zonas, por lo que no se pueden ver algunas pinturas.

Murales de Pablo O ‘Higgins – Foto de Valeria Marmolejo

El licenciado José Caballero hace un llamado al resto de la comunidad, para que “visiten la obra mural, que se enteren de lo que estos grandes artistas dejaron, que busquen. Hoy en día en redes sociales podemos encontrar mucha información, en medios digitales también encontramos publicaciones que se hacen. Existe información para podernos enterar más sobre qué fue el movimiento muralístico y qué fue lo que nuestros artistas dejaron plasmado aquí. Y que no le piensen mucho. Estamos muy cerca de Palacio Nacional o del Zócalo capitalino. Que no únicamente vengan a visitar los murales, sino a comer también, que difundan esto. Que no les platiquen sobre las obras, que las admiren en persona“.

Los murales se pueden ver tranquilamente mientras esté abierto el mercado, es decir, de lunes a domingo de 7.00 a 19.00. La parte de arriba tiene un horario más restringido, por algunas oficinas que allí se encuentran; lo mismo sucede con el Teatro del Pueblo.

El laborioso proceso del arte muralístico

Como punto final, el licenciado Caballero nos explicó a grandes rasgos cómo se realiza el arte mural. Resalta que “habitualmente se hace en equipo. Los grandes maestros, entre ellos estos fresquistas, pues no eran únicamente ellos los que ejecutaban la obra, sino que se hacían de un equipo de trabajadores que ayudaban y participaban“.

Murales de Pedro Rendón – Fotos de Valeria Marmolejo

Para darte una idea más o menos de cómo es la pintura al fresco, a grosso modo, se trabaja con distintos aplanados que se van aplicando en diferentes momentos. primero viene un aplanado rugoso que se hace directamente en el muro donde se va a trabajar, después viene uno intermedio en donde se aplica sinopia, que es un trazo general de un tono rojizo, donde se hace la silueta de los elementos más significativos que contendrá el trabajo final, y en una tercera etapa se hace un aplanado ya mucho más fino, en donde se traslada el trazo, el dibujo, a través de calcas puede ser, se coloca sobre el muro fresco, pero se trabaja por tareas, es decir, como si fuese un rompecabezas, se llama precisamente pintura al fresco, porque se trabaja con un aplanado previamente realizado, que es de la etapa del aplanado final, y se pinta sobre él, y al secar, no se deslava, y queda de forma pétrea, digámoslo así“, describe.

Apunta que esta intrincada labor requiere de la participación de ayudantes y albañiles de primera: “En el movimiento del muralismo en México de verdad los maestros albañiles calificados fueron notables. No únicamente fue el artista, sino todo el equipo que conformaba ese andamiaje de trabajadores“, concluye.

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Alejandro Peña

Alejandro Peña

Valedor y periodista a tiempo completo. Zurdo, cinéfilo, amante de la lectura, la música, el café y el chocolate. En contra de las farsas sociales. Otro venezolano emigrante.

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