Con el firme propósito de que se reconozca a las personas en situación de calle como personas, esta fundación trabaja para buscar restituirles sus derechos, ayudarles a construir nuevos caminos y devolverles su dignidad.
A lo largo del último año y medio la Fundación del Centro Histórico (FCH), con algunas otras organizaciones, comenzaron un trabajo en red para la reflexión con respecto al tema de la vida en calle y de las poblaciones callejeras que habitan el Centro Histórico de la Ciudad de México. En un inicio se trabajó en las llamadas Tertulias como espacios de reflexión entre operadores de calle para compartir experiencias, métodos, aprendizajes y todos aquellos conocimientos relacionados con el trabajo de calle.
El andar este camino desembocó en la propuesta de generar un Observatorio de vida en calle o de poblaciones callejeras que actualmente comienza a tomar forma a través de 5 ejes: 1) Levantamiento de información 2) Creación de una plataforma de datos 3) Generación de productos 4) Análisis e incidencia en política pública 5) Transferencia de metodologías y herramientas a otros barrios de la ciudad.
Con base en estos ejes, la red hasta ahora conformada, ha comenzado a trabajar para consolidar el Observatorio de Calle que se ha planteado como un esfuerzo colaborativo de participación horizontal en el que se busca generar una sinergia mediante las capacidades y recursos de las instituciones en favor de las poblaciones callejeras.
Cada semana estaremos compartiendo la respuesta de una organización diferente.
Hoy le toca a ASIICSO HABITUS AC.
¿Por qué trabajar con las poblaciones callejeras?
Porque después de 7 años de trabajo, en nuestras investigaciones y proyectos de desarrollo social, siempre estaban presentes las poblaciones callejeras, sea como una expresión de los fenómenos y problemas de al ciudad, o como informantes que nos ayudaban a entrar en los espacios y a socializar con el entorno de nuestro trabajo. Entonces, entendimos que ellos y ellas, son las personas que se encuentran en el rango más precario de la desigualdad y la pobreza urbana; pues, se les niegan sus Derechos, se les ignora, se les veja y agrade; en suma, se les quita su condición humana.
Cuéntenos una experiencia o anécdota del trabajo que hacen en calle.
El punto de inflexión de nuestro trabajo hacia las poblaciones callejeras, ocurrió en el 2014, gracias al proyecto que realizamos en la zona de La Merced (Soledad-Candelaria) junto con EUDES, al que llamamos: “Comedor móvil” y talleres sociales. Gracias a esta experiencia, pudimos conocer mucho más a fondo las razones que llevan a las personas a hacer de la calle su “hogar”; sobre las problemáticas cotidianas que enfrentan, incluyendo la misma muerte, pero también, que pese a toda esta realidad adversa, bajo el aroma de los solventes que les sirven como medio de sobrevivencia, se encuentra un sincero sentimiento de amistad y una necesidad profunda de cariño, un silenciado grito de socorro, que nadie escucha.
¿Qué les mueve para participar en el Observatorio de Calle?
La necesidad de que se reconozca a las personas en situación de calle como personas. Que se les restituya la humanidad que la sociedad les niega. Y sobre todo, la posibilidad de construir caminos que permitan una sociedad más tolerante, incluyente y comprensiva.
Son infinitamente diversos los motivos que pueden llevar a una persona a la cárcel. Pero culpable o no, como sociedad debemos trabajar para proteger sus derechos, su dignidad y acompañar su deseo de cambio, de reinserción, de otra oportunidad.
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