Dentro de los proyectos que componen Observatorio de Calle, tenemos uno que busca tejer un mundo nuevo, visibilizando lo que sucede, al tiempo que se abriga a las personas que por cualesquier situación viven en la calle.
A lo largo del último año y medio la Fundación del Centro Histórico (FCH), con algunas otras organizaciones, comenzaron un trabajo en red para la reflexión con respecto al tema de la vida en calle y de las poblaciones callejeras que habitan el Centro Histórico de la Ciudad de México. En un inicio se trabajó en las llamadas Tertulias como espacios de reflexión entre operadores de calle para compartir experiencias, métodos, aprendizajes y todos aquellos conocimientos relacionados con el trabajo de calle.
El andar este camino desembocó en la propuesta de generar un Observatorio de vida en calle o de poblaciones callejeras que actualmente comienza a tomar forma a través de 5 ejes: 1) Levantamiento de información 2) Creación de una plataforma de datos 3) Generación de productos 4) Análisis e incidencia en política pública 5) Transferencia de metodologías y herramientas a otros barrios de la ciudad.
Con base en estos ejes, la red hasta ahora conformada, ha comenzado a trabajar para consolidar el Observatorio de Calle que se ha planteado como un esfuerzo colaborativo de participación horizontal en el que se busca generar una sinergia mediante las capacidades y recursos de las instituciones en favor de las poblaciones callejeras.
Cada semana estaremos compartiendo la respuesta de una organización diferente.
Hoy le toca a Tejiendo Otro Mundo.
Uno de los tejidos que hizo Tejiendo Otro Mundo en colaboración con El Caracol en el espacio público durante la campaña ´Chiras Pelas Calacas Flacas´
¿Por qué trabajar con las poblaciones callejeras?
Porque son una de las poblaciones más vulnerables, más invisibilizadas.
Cuéntenos una experiencia o anécdota del trabajo que hacen en calle.
Estamos todos sentados en un parque tejiendo la última manta. Ya nadie usa las etiquetas “gente de casa” / “gente de calle”, ya no son necesarias, nos dirigimos los unos a los otros por nuestros nombres, nos vemos a los ojos y nos reconocemos como pares. Ya no tejemos para abrigar a otros contra el frío de las calles, ni para visibilizar la problemática que aquellas poblaciones enfrentan. Ya no es necesario, no hay problema alguno que visibilizar, quienes antes llamaban a la calle hogar ahora tienen techo y no dudan del calor de sus corazones.
¿Qué les mueve para participar en el Observatorio de Calle?
Otro mundo posible.
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Soy Concha León Portilla y tengo 66 años cumplidos. Desde hace ocho años dirijo, escribo y conduzco Enlace50, un programa de radio dedicado al tercer acto de la vida, a la tercera edad, a la vejez, o como cada quien prefiera llamarlo. La escritora Marianne Williamson le dice: “la edad de los milagros”. Yo creo […]
Nací lejos de donde vivo. A mis 35 años he regresado a vivir a Ciudad de México, aquel lugar que me recibió hace ocho años cuando, enamorado, salí de mi Lima gris y caótica. Curiosamente, es Lima la que me acoge escribiendo estas líneas que no son para mí, sino para los que me criaron […]