Los ejidatarios de Yucatán apuestan por el turismo comunitario y sostenible y se oponen a la fragmentación del territorio, al agotamiento y contaminación del acuífero de la península…
Se expropiaron antiguos terrenos ejidales y naturales para venderlos a consorcios hoteleros. Se crearon nuevas viviendas. Y ese trabajo es el terreno natural para el lavado de dinero y el paraíso del crimen organizado.