Alain Derbez nos sorprende con un breve poema en honor a la Ciudad de México, ¿o deberíamos decir al Distrito Federal? Sin importar lo que era, lo que es o lo que será, nada borra el deseo de ser mexicano.
¿Cuál es el límite cuando nos emberrinchamos? ¿Hasta dónde podemos llegar en un arrebato de enojo? Es algo que el protagonista de esta historia tendrá que descubrir, como tantos más en las calles de nuestra capital (y del mundo entero).