Cada dos o tres cuadras, en cada colonia, habÃa una panaderÃa. La nuestra era la panaderÃa de La Rosa. Ahà estaba, a cuadra y media de la casa, la más famosa del barrio. Antes de llegar a ella, se adivinaba el santo olor de la panaderÃa. Era iluminada, con un largo mostrador en donde exhibÃan […]
Para cocinar se usaba carbón, y habÃa tantas carbonerÃas como molinos de nixtamal, casi una en cada esquina. Diariamente iba la sirvienta con una bolsa de yute por el carbón, este se vendÃa por kilos o por zontle. Lo despachaban en un lugar lúgubre; a mà me gustaba ir por ver al carbonero, quien se confundÃa […]