La más reciente exposición del artista Néstor Jiménez en la galería PROYECTOSMONCLOVA, titulada La importancia de ser autosuficiente, parte de una reflexión sobre las implicaciones ideológicas de la arquitectura moderna en México; concretamente, cómo las aspiraciones políticas alrededor de los gobiernos socialistas definieron gran parte del paisaje de México en el siglo XX, así como las expectativas de bienestar de una sociedad que estaba incursionando en las dinámicas de un nuevo modelo de trabajo y subsistencia.
La importancia de ser autosuficiente muestra una serie de pinturas cargadas con una mirada crítica hacia el culto a la personalidad latente en gran parte de los gobiernos de izquierda, donde la representación solemne de sus dirigentes se convierte en una justificación solipsista, casi mesiánica, de su relevancia política. Por medio de un proceso creativo donde el ensamblaje cobra gran importancia, Jiménez presenta alusiones al paisaje urbano mexicano a partir de materiales de construcción y referencias visuales a movimientos como el constructivismo ruso y la cultura pop.
Considerando el contexto político actual de México y el manejo mediático de la imagen del presidente, el planteamiento de la exposición resulta sugerente tanto por el contenido de las pinturas y su trasfondo como por el desarrollo plástico de cada pieza. Lejos de que cada obra le haga justicia al título de la muestra y nos muestre una realidad autosuficiente, un panorama que solo podemos vislumbrar desde su propia configuración simbólica, la realización de las pinturas seleccionadas para la exposición no tienen reparo en mostrar su condición de ensamblaje y peso matérico, como puede verse en Un alpinista se sorprende al descubrir la sombra de un gigante que no es más que su propia sombra (2020), donde los tornillos que mantienen fijo el soporte pictórico saltan a la vista, formando parte de la composición. Y esto no lo menciono como si se tratase de un problema.
En la tradición filosófica alemana, no han sido pocos los interesados en jugar con el lenguaje y reconocer las curiosas afinidades entre palabras como “bild” (imagen), “bildung” (formación, con implicaciones pedagógicas) y el vocablo “bilden” con el cual se denomina al proceso de construir, ya sea en un sentido arquitectónico, social o conceptual. Menciono esto porque en la propuesta de Jiménez convergen buena parte de estos significados y variaciones de “bild”: la parte formativa y didáctica que retoma en las pinturas fue crucial en el desarrollo de gobiernos soviéticos, al grado de que los objetos dirigidos al juego infantil estuvieron cargados de implicaciones ideológicas.
Esto se encuentra presente en el entendimiento de la arquitectura que retoma Jiménez, donde genera una estética cargada de cierto ludismo junto con el uso del concreto, materiales propios de la construcción y una técnica de aplanado visible en muchos proyectos realizados en el México moderno, algo que se puede notar en la pieza En los artífices está la continuidad de la cultura (2020). En este sentido, el juego y las historias dirigidas a las generaciones más jóvenes en ese periodo quedan reivindicados como procesos de configuración cultural, algo que si bien ya era visible en ensayos como Para leer al Pato Donald. Comunicación de masa y colonialismo (1971), muestra cómo este proceso fue crucial tanto para gobiernos afines a las economías capitalistas como para los de corte socialista; una disputa en la que México no estuvo al margen y Jiménez explora desde su imaginario.
El sentido moral y la necesidad de reafirmar un proyecto político no son solo asuntos que surgen en la monumentalidad y se quedan en el paisaje de un país —buscando una permanencia sustentada en la durabilidad de los materiales—, sino que atraviesan las idiosincracias y deseos colectivos. La pregunta medular que realiza Néstor Jiménez es qué tipo de construcción social se está generando actualmente y desde cuál se está partiendo históricamente.
Descentralizar el arte, desde las formas en que se produce hasta cómo se difunde y consume, es una tarea compleja pero necesaria. Existen muchos esfuerzos que buscan lograrlo, aquí te platicamos sobre Creadores Latinos.
Llevar a la centralización, de forma crítica y consciente, un discurso articulado desde las periferias es resignificar los espacios que lo fueron marginando. Decir que soy, que existo y que hago visibles mis posturas ante mis opresiones: ser mujer, ser mexiquense, ser artista.
Originario de la CDMX, Néstor Jiménez busca retratar las estructuras que han formado y cimentado a México a través de su arte, yendo más allá de los mitos y lo tradicionalmente aceptado, para ahondar en el otro lado de la moneda.
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