En esta breve reflexión, Pablo Duarte nos habla sobre esa otra parte tan importante que conforma un partido de futbol: la afición; aquellos que acompañan a voz en cuello y con todas las emociones al límite a su equipo en cada partido.
Quizá el primero fue el que no alcanzó lugar en el equipo: el espectador original habrá sido un jugador que quiso pero no fue. Bajo ese signo estamos todos los que vemos el futbol, deleitados y revueltos en la banda. Una banda que se extiende desde la línea de cal hasta la última butaca, el último banco de la barra, el descansabrazos del último sillón de la sala. Tan amplio ese terreno que cabemos todos —hinchas, aficionados, advenedizos, ocasionales, desentendidos, renuentes y contrariados—.
Y esta congregación de individuos en grado diverso de infatuación con la pelota, de pronto, celebra en sincronía un gol.
Si es nuestro, ese gol, algo se quiebra. Perdemos la modestia que nos hace buenos vecinos y nos volvemos puro grito. Creemos, fantaseamos, anticipamos que vendrán otros –goles y triunfos–, que campeonaremos porque es ya inevitable. Ondeamos banderas, escalamos estatuas y jerarquías, porque sabemos que como aficionados coaccionamos a gritos al azar. Desde nuestro sitio torcemos la mano del destino hasta obligarla a que nos cumpla con el trofeo que creemos merecer. Resulta, sin embargo, que el azar es gambetero y es muy difícil sujetarle siquiera la playera. Se escapa y nos regresa al infortunio.
Ese es el entrenamiento al que hemos concurrido sin falta una o dos veces por semana. En el graderío, en las cantinas o en la habitación, aprendimos la rara majestad de la desdicha. Seremos algún día campeones del mundo como adultos, nos decimos; veremos al Tri alzar quilates y temores, algún día, pero no hoy. Por lo pronto, regresamos a nuestro puesto en la banda, a jugar a eso que, por no ser de los once uniformados, somos.
Traductor y editor. Participó en la antología Breve historia del ya merito que editó Sexto Piso y publicó el libro de ilustraciones El internet de las cosas con el ccd.
A pesar de los importantes avances legales que se han producido en los países latinoamericanos para hacer frente a la violencia de género, esta sigue siendo un grave problema, especialmente en un contexto de crisis social agravado por la pandemia del COVID-19, que golpea especialmente a las mujeres.
Durante mucho tiempo se consideró que los jóvenes eran poco políticos. Luego llegó Greta Thunberg. También en Austria hay cada vez más jóvenes que defienden el clima, la igualdad social y otras cuestiones. Los jóvenes activistas de Austria se reunieron para debatir por qué en la conferencia Young Rebels.
Tif von Batsy es una cosplayer. No solo el llamativo traje de von Batsy la distingue de otros cosplayers, sino que toda su presencia es una anomalía, ya que es una cosplayer negra que convive en un espacio que no tiene muchos participantes.
Estamos a tan solo una semana de que la exposición colectiva ¡Vaya vaya Tacubaya! llegue a su fin. Dicha exposición es una muestra de la mirada fotográfica de nuestros colaboradores y beneficiarios. Inaugurada el 15 de junio, la exposición ocupa dos de las vitrinas centrales de la estación de metro Tacubaya, las fotografías expuestas tienen […]
En el último par de años ha sido frecuente recordar las problemáticas que ha desatado la epidemia de SARS-COV2, principalmente las relacionadas a circunstancias políticas, económicas y por supuesto de salud, sin embargo, uno de los problemas más críticos e importantes es a su vez el más antiguo e ignorado: las labores domésticas y de cuidados.
Fue en el año 2007 cuando el peor equipo de la tercera división en el fútbol profesional del país conquistó el corazón de millones de mexicanos al obtener un espacio dentro de Los Protagonistas, programa deportivo de Azteca Televisión, conducido por Jorge Campos, Christian Martinoli y Luis García.
Los Valedores de Iztacalco, bautizados así por la misma televisora, fue un equipo a cargo de El Magnate, Ángel Morales Nava, que además de este, tuvo como entrenadores a José Luis Rangel “El Zopilote” y Vicente Raúl Jimenez “La Volpin”.