Museo Archivo de la FotografíaLa circunstancia no se escapa del lente, y el eje artístico desde el cual la fotógrafa franco-húngara Nadja Massün captura sus imágenes jamás está por encima de lo cotidiano, lo accidental, algo como lo inesperado de la intimidad o la belleza de un paisaje simple, lo cual con el tiempo va adquiriendo un sentido casi urgente de importancia, creando el presente a través del descubrimiento continuo que nos permite la memoria del pasado.
Nadja llegó a México en 1983 y el encuadre de su mirada no dejó de recorrer al país hasta su lamentable fallecimiento el 10 de mayo del 2022. Habiéndose establecido en Oaxaca y comenzando su formación artística en el Centro Fotográfico “Manuel Álvarez Bravo”, Massün dio pie a una carrera que trasciende la fotografía documental o un simple diario visual de viajes por la República. Nadja más bien fotografiaba desde el instinto y la cercanía emocional, por lo cual muchas de sus fotos son tan trascendentes y al mismo tiempo tan íntimas como lo resulta un retrato de sus hijas jugando en una visita al mar.
La última exposición que logró planear en conjunto con el Museo Archivo de la Fotografía es de una curaduría sencilla, según lo relató Marco Barrera Bassolos, amigo de la fotógrafa y encargado del diseño museográfico así como de la curaduría y textos.
Las más de 50 fotografías expuestas en el espacio representan cerca de dos décadas de viajes realizados por varios estados del sur de México, Marruecos, Bélgica y Transilvania entre algunos otros países, y se organizan en torno a cuatro encuentros, agrupaciones temáticas que reflejan cada vez un ángulo distinto a su forma de observar, sea este la retrospectiva, la sorpresa, lo solitario, la vastedad.
La exposición también fue acompañada por diversos textos en forma de haiku, elaborados de manera original o seleccionados por apoyos externos al MAF con el fin de agregar a la experiencia visual. En uno de los textos introductorios, la estructura del haiku es explicada como un paralelo a la fotografía de Massün, en tanto que posee una sencillez indicativa tanto como una intensidad inesperada, contrastante, activa, todo ello lo cual permite a cualquier composición extenderse hacia nuevos significados, hacer del conjunto de sus elementos algo enorme.
¿Cómo podemos pensar lo contemporáneo desde la modernidad? ¿Cómo al desmontar el significado de los símbolos podemos levantar otros que sí dialoguen con nuestra realidad actual?
Vivian Maier fotografiaba su vida, se tomaba selfies y nunca compartió sus imágenes con nadie. Qué distópico suena eso en la era de las redes sociales.
Un autobús estacionado en la colonia Roma es una mediateca especializada en arte, fotografía e imagen contemporánea.